- Sí. Justo allí. Sentada en la cama con el amanecer amenazando con salir a buscarla y el regusto de la cerveza mezclándose con el dulzón sabor de boca de una resaca palpitante.
- Esos jodidos mosquitos revoloteando alrededor de la bombilla y el poco sentido común que le quedaba ordenándole que se fuer a adormir. De los auriculares salían notas que quedaban suspensas en el vacío como volutas del humo de un cigarro que nunca se acabó. No importan las horas que pase en vela, ni las sonrisas para disimular.
- Es consciente de que de vez en cuando se ve justo bajo la tormenta perfecta. Esa que irónicamente se provoca a sí misma, por que cada vez que echa un vistazo dentro de su cabeza se da cuenta de que ese caos que se debía a sí misma organizar se ha convertido en un agujero negro.
- Mientras, la brisa entra por la ventana.
- Está la perspectiva de buscar la solución fácil. La de siempre. El analgésico.
- La opción cada vez más inviable.
- Black. El color del futuro. El color de la tinta.
- El resumen de las canciones y el color del calcetín tirado al lado de la puerta.
- El rimmel y el sujetador.
- Una cámara y unas gafas por graduar le demuestran que aun hay cosas que la atan a ese lugar que ha acostumbrado a llamar hogar; pero que ha acabado por quedar reducido a un mísero rincón donde compadecerse cuando llegan los demonios.
- Al fin y al cabo nadie puede negarte eso.
- Lamerse las heridas, sonreír y mentir. Esa jodida presión sobre los hombros está acabando con ella. No sabe cuanto más tiempo le queda, ser posible que la chica de la camiseta de pijama raída tenga que desaparecer; igual se marcha sin decir adiós y sin mirar atrás.
- Mirando por la ventana intenta resolver sus dudas, sus preguntas inconexas y sus miedos.
- Todo era demasiado fácil con el "ya nos veremos" de por medio y la mirada perdida, parece más un gato abandonado que una luz de neón.
- Habrá que esperar a que le caiga la tormenta y se cale hasta los huesos para que recuerde ella misma que aun se puede permitir el lujo de bailar bajo la lluvia cuando todo está tan jodido que más valdría hacer borrón y cuenta nueva para disipar del todo nubes negras.
martes, 26 de julio de 2011
Pequeño rock and roll, nunca quiso ser de nadie.
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