jueves, 29 de septiembre de 2011

Descp.

¿Cara? la que tu quieras, y la que más.
Los centímetros de más en los vestidos se iban perdiendo junto con las oportunidades de encontrar el amor y las ilusiones de unas manos cálidas en las que esconderse las noches de invierno, desde que la vida le pasó factura de su inocente niñez, a base de ostias y Brujas de cuento.
Pasó de princesa a Puta cuando se cayó de los zapatitos de cristal, una noche haciendo eses.
La misma amistad le puso un hombro para llorar, y a dos centímetros de limpiar el maquillaje corrido, lo quitó para reirse de ella. A la primera se escondió detrás de un cristal, y miró.
Un año, otro.
En los que la experiencia la salvó de ostias más fuerte.
Y ya, cuando las hojas de los árboles se caían, decidió cerrar su imaginación, su ilusión y Romper el cristal, Tras horas insufridas de momentos de los demás, caras falsas, y sonrisas retraidas.Decidió dejarse llevar.
Y los escotes fueron su mejor arma de defensa.
El pintalabios su huella, Y el precio por su compañía era quedar jodido, caliente, y sin dinero en una barra.
Viendo como tras ese rojo carmesí que bordaba sus labios como en las colchas de puntola veías reirse con esa maldad natural que caracteriza a los trotamundos. 

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