miércoles, 28 de septiembre de 2011

Kamikaze.



A muchos le daba miedo su forma de mirar. La forma de encarar a la vida.
No era fácil mirar a esos ojos que retaban al Sol y que buscaban el infinito en cada esquina por doblar. Tampoco era fácil de comprender su forma de pensar, y las variables que asimilaba su cabeza ante cada problema que se enfrentaba. Ni era fácil llevarse bien con la barrera casi física que imponía entre la gente y ella. No era fácil entender la fiereza con la que defendía su independencia, ni su mal humor de por las mañanas.

Muchos aplicaban la definición de dificil, otros ni si quiera intentaban acercarse. Pero definitivamente, había decidido volver a usar esa vieja camiseta de pijama y a volver a mirar por la ventana dejandose llevar por sus pensamientos. Había decidido poner los pies en el suelo e intentarlo una vez más. Había decidido jugarse el cuello, las cartas y la piedra que tenía alojada en el pecho a modo de corazón.

Había decidido quemarse con el fuego y sonreír esperando al amanecer, pero esta vez, con un compañero de viaje cuya forma de mirar quemaba tanto como la suya. Suena curioso, no? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario