sábado, 16 de julio de 2011

4:16


Solo eso. Una bocanada de aire desgarrándote los pulmones. Sentir cada jodida célula de tu cuerpo y saber que estás vivo. Parpadear y oír los latidos del corazón mientras la sangre bulle por tus venas.
Gritar la letra de las canciones en cualquier puñetero bar mientras el tequila se funde con tu organismo, sentir la euforia de hacer lo que quieres sin dar explicaciones ni medir tus movimientos.
Volver a respirar.
Mirarte las palmas de las manos y sonreír.
Buscar en la luna preguntas con respuestas sin fecha de caducidad.
No bajar la mirada y ahuyentar a los fantasmas del pasado.
Contar las baldosas al volver a casa mientras el sol se asoma por tu espalda.
Sonreir. Gritar. Respirar.
Sentir que nada te detiene y que no hay suficientes Carpe Diem en tu lista de cosas por hacer.
Ser tu mismo, sin máscaras.
Volver a los básicos, vibrar con cada acorde de las canciones y remolonear con los rayos del sol.
Tontear bajo las farolas con los sueños por cumplir y romper las medias sentándote en el suelo.
Notar los poros de la piel.
Mirarte al espejo y reconocerte.
Buscarte en los charcos cuando llueve sin importar mojarte, solo por sentir las gotas caer contra la piel.
Que pasen los días y sigas notando los latidos del corazón como mínima expresión de una esencia que explota con cada bocanada de aire que entra en los pulmones.

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