domingo, 10 de julio de 2011


Para ti ya no tengo nombre.
Para ti tampoco existo.
Para ti fui declarada muerta hace tiempo.
Para ti desaparecí esa tarde de invierno cuando mis huellas se desdibujaron entre la niebla.
Para ti agonicé cuando mis nudillos sangraban ante un muro cualquiera.
Para ti sufrí las cadenas del silencio entre gritos de impotencia.
Para ti pasé noches en blanco pensando una vía de escape.
Para ti añoré la tranquilidad de las tardes de café.
Para ti hubo máscaras.
Para ti hubo sonrisas, y también lágrimas.
Para ti huí de la gente.
Para ti me enfrenté a mis demonios.
Para ti nunca perdí el control.
Para ti, supe protegerme.
Para ti aprendí a desvanecerme entre las sombras.
Para ti aprendí a valorar la soledad.
Para ti, la silueta de mi figura se desdibujaba por las noches, con más alcohol que sangre en las venas.

Para ti, un día me fui.

“Solo desaparece quien tiene algún sitio donde ir.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario