viernes, 4 de noviembre de 2011

El más sensible, quizá el más necesario.



Odio los paraguas. ¿Sabías?
Es un odio irracional, no sé de donde viene. Pero si son rojos aún más. No preguntes por qué, no sabría contesarte.
Igual que odio una cama fría. No sé. Y más desde que descubrí lo de dormir con alguien.
Una cama fría es impersonal. Es como una persona conocida solo por su número de historial. Como una canción que pasa desapercibida.
He aprendido a apreciar el calor de una cama, y de lo que ello conlleva. No es solo el hecho físico de que no te de un escalofrío al entrar y casi hubieras deseado quedarte fuera, no.
Es el hecho de que ese calor te hace apreciar un abrazo a medianoche, que te despiertes con una mano apoyada en tu cintura, o que al girarte haya unos ojos mirándote como nunca creías que podrían mirarte a pesar del desastre que conlleva la mala costumbre de no desmaquillarte antes de ir a dormir. 
De que te sientas protegida, y a la vez, tranquila. Querida.
Que son ese tipo de cosas que en el momento te hacen sonreír, pero que sentada una tarde de domingo en casa hacen que tu cara se vuelva épica, por que te das cuenta de que has encontrado algo que vale la pena cuidar. Por que no son demasiadas las veces que la vida te da la oportunidad de aferrarte a algo y mantenerlo. Por que hasta que no has sabido que es, no has podido echarlo de menos. Pero después, ah, después es otra historia..
Por que después sabes que no es que no quieras echarlo de menos, es que ni siquiera quieres pensar en la posibilidad de que puedas perderlo, por que eso ya das más miedo que todos los saltos al vacío que hayas tenido que dar para poder llegar a lo que tienes.




“Cuando nos describimos como seres sensibles, lo que queremos decir es que somos conscientes. El significado más literal y amplio es que tenemos percepción sensorial.”
“Para entender, tenemos que usar la cabeza, es decir, la mente. En general, se piensa en la mente como algo localizado en la cabeza, pero los hallazgos en psicología sugieren que la mente no reside necesariamente en el cerebro sino que viaja por todo el cuerpo en caravanas de hormonas y enzimas, ocupada en dar sentido a esas complejas maravillas que catalogamos como tacto, gusto, olfato,oído y visión.”1



No hay comentarios:

Publicar un comentario