domingo, 13 de noviembre de 2011

Rojo.



Tardes de domingo como las de hoy, deberían pasar de largo sin saludarte, por que una tarde  gris como esta te deja un regusto amargo en la boca del estómago no es sana para nadie. 


 La carpeta de música de carretera sonando con sus riffs de guitarra y aires de melancolía,  y yo intentando recomponer un poco mi cabeza después de un fin de semana del que extrañamente he salido ilesa. Aún me pregunto cómo, por que estoy pensando en darme de baja en la vida social e irme de retiro espiritual a pintar y a tomar té con menta envuelta en una sudadera grande y con ganas de respirar aire fresco. 
Ultimamente se me hacen muchas preguntas, y estoy empezando a pensar que se esperan de mí cosas que no. No, y punto. 
A todo esto, hecho de menos nadar, creo que voy a ir a la piscina un día de estos a meterme debajo del agua y a aguantar la respiración para oir silencio. 
No lo sé, de hecho, cada vez creo que sé menos, y las ganas de hundir mis sentidos entre los hielos de un whisky perdida en medio de la nada no van a ayudar, pero si me fijo mucho rato en las nubes me doy cuenta que me gustan más cuando se mueven deprisa, así que creo que me voy a mimetizar con ellas y a moverme rápido, así estaré más a salvo.  


- Sick and tired, I stand alone - Benditas canciones de Metallica, con jodidas frases oportunas que te contraen el diafragma sin querer y te cuesta volver a respirar. Esto de la música tiene más efecto del que pensaba, analgésico o no, pero hace efecto. Anda, mira, Placebo, lo que me faltaba. Bueno, otro trago del café y a continuar. 
La hoja ya se está secando, pero creo que me gusta más ahora. Y los libros que cogí el otro día de la Biblioteca los tengo aquí, en un montón sin organizar, debería ponerme con ellos, y ya de paso, a intentar dibujar, que es lo único que últimamente me abstrae. 


Últimamente le estoy demasiadas vueltas a la frase "El tiempo no será jamás un amigo", y cada vez estoy más convencida de que es totalmente cierto. Time is always against us. 
Estas brainstorms  que me sirven de terapia no tienen mucho sentido, pero me ayudan a encontrar un poco de tranquilidad y una praxis para seguir adelante sin quemarme. 
¿Ves? 


No, no lo verás, pero es lo mismo, ni yo misma lo entiendo a veces. Me voy a volver un cactus. He dicho. a hacer un recopilatorio de frases que me gustan en mi libreta roja. De estas de llevar siempre encima y apuntar lo que se te venga a la cabeza. Otra buena terapia. Por que a lo tonto, he vuelto a terminar escuchando Schranz, y esto no puede ser bueno. 
Una de Moonlight Shadow, remix del señor Kröcher, para un ultimo empujón para coger fuerzas para organizar la leonera. 


Espera, igual si la organizo, se me organiza la cabeza también. 
Probemos, total, esto de las hostias de tristeza y melancolía se está convirtiendo en mí en algo tan habitual como mis cuatro cafés para seguir con los ojos abiertos. 











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